El follador de Alpedrete

Bajé a Madrid con mi nabo de la Sierra
(no es que cortara, sino que era de Alpedrete)
anhelando encontrar a alguna capitalina perra
que sin mucha conversación me ofreciera su ojete.

Comence por los barrios de dinero
eran muy zorras las pijas, no me pusieron ni un pero
Desdendí más tarde a los suburbios
de tanta eyaculación mi esperma ya no era turbio

Me despreciaron por mi cremote límpido y claro
O espabilaba o mi ciruelo iba al paro
Así que compré media docena de huevos en un seven eleven
y así recuperó cuerpo y color mi semen

Me di una ronda por la kely campo
Allí no te desprecian si muestras tus talegos
Me comen la polla y ni un filete me zampo
Mas no paré de ver toledanos poniéndose ciegos

Regresé a mi pueblo empalmado y feliz
Había cumplido como un toro de lidia
La pega es que de tanto frote mi pene parecía un regaliz
aunque compensó ver en la cara de todos la envidia